Debido a su
diversidad de comercios (bares/restaurantes, tiendas de ropa/calzado, etc.), su
situación (céntrica) y su fácil accesibilidad desde distintos puntos de la
ciudad, podemos decir que, la calle Julián Ceballos (junto con otras como José
María Pereda) es una de las arterias más importantes y a su vez más transitadas
de la Torrelavega
de ayer y de hoy.
Cabe en
primer lugar situarla: dentro de Torrelavega (Cantabria), más concretamente, se
desarrolla en un tramo desde el cruce de las calles José María Pereda con
Joaquín Callón y José Posada Herrera, pasando por el ayuntamiento, hasta
finalizar en el cruce de las calles La
Llama con Pedro Lorenzo Molleda y la Av. Bilbao. (Como
podemos ver en el mapa situado en la parte superior del documento)
Tiene como
antes he mencionado una gran variedad de comercios, que hacen de esta, una
calle de interés económico para la ciudad. Pero no es este el único factor que
influye en la economía, ya que al estar tan bien situada (prácticamente en el
centro), atrae la atención de ciudadanos interesados en una vivienda y
actualmente podemos tasar los pisos en esta calle por una cantidad oscilante
entre los 80.000€ y los 250.000€.
Nuestra
ciudad ha dedicado esta calle a la memoria del militar del mismo nombre, que
fue un gran impulsor del urbanismo local: Julián Ceballos Campuzano.
Nació en
Torrelavega el 17 de Febrero de 1816. Siendo aún muy joven ingresó en la
carrera militar, fue teniente coronel, y obtuvo condecoraciones como la Orden de Isabel La Católica , la Cruz Laureada de San
Fernando o el título de Benemérito de la Patria por su participación y el valor demostrado
en varias acciones de guerra. También fue el Primer Comandante de la Milicia Nacional
del Batallón de Torrelavega. Su salud empeoraba tras cada campaña militar, por
lo que finalmente optó por dejar esa vida con el grado de comandante. Desde
aquel entonces, tomó como residencia fija Torrelavega, en una casa llamada “Los
Arcos” (cerca de lo que actualmente se conoce como cuatro caminos).
Desde
entonces, Julián tomó parte en la vida de la ciudad, con cargos públicos a
nivel provincial como diputado y asumiendo por primera vez la alcaldía de la
villa (ya que en esos tiempos no era todavía una ciudad) de Torrelavega desde
1861/64. Fue, además, consejero del ferrocarril de Isabel II, de Alar a
Santander, mejorando esta importante infraestructura ferroviaria (1857) que
enlaza Santander con la capital del país: Madrid.
Los que lo
conocieron, lo describían como un hombre de personalidad sencilla y carácter
muy modesto, pero a la vez una persona muy influyente, tanto por sus logros
personales, como por sus relaciones con personajes relevantes (por ejemplo José
Posada Herrera, quien además era pariente suyo). Fue uno de los mayores
defensores de la causa localista. Usaba todo su poder y su influencia (posición
y relaciones) para favorecer el progreso de su villa y de todos cuantos a él
acudían en busca de ayuda, entregándose con pasión, vigor y amor.
Fue uno de
los protectores de El Impulsor Municipal en su cuarta época (1875), quien
alcanzó a partir de 1909 y hasta su desaparición en 1937, el título honorífico
de decano de la prensa de Cantabria, aunque Julián apenas pudo contemplar unos
cuatro o cinco números de esta publicación, ya que fue el primero de los
protectores en fallecer. A su muerte, El Impulsor apareció con una portada
llena de luto, tanto por la pérdida de uno de sus protectores, como por todos
los méritos del fallecido.
Julián
Ceballos falleció el 7 de Febrero de 1876 (9 días antes de cumplir 60 años), en
Torrelavega, concretamente en su casa, situada donde posteriormente estuvo el
Hotel Moderno. Su tumba se conserva en el cementerio de La Llama , propiedad del
Ayuntamiento de Torrelavega.
Fue
diecinueve días después de su fallecimiento, cuando el ayuntamiento decidió dar
su nombre a una calle de la ciudad, en memoria de tan noble antepasado, por su
trayectoria personal y pública y sus servicios a Torrelavega. Fue todo un
privilegio ya que es el primer torrelaveguense al que se le dedicó una calle.
El nombramiento de la calle tuvo lugar el día 26 de Febrero de 1876 y pese al
paso de los años sigue conservando su nombre original. Durante dicho
nombramiento se dijo: “En memoria del ilustre hijo de esta Villa cuya muerte se
llora y en justo tributo de gratitud por los grandes y desinteresados servicios
que prestó al pueblo que le vio nacer”.
Ángela Sobera
Estudiante
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
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