domingo, 31 de mayo de 2015

El origen de la calle Julián Ceballos



Debido a su diversidad de comercios (bares/restaurantes, tiendas de ropa/calzado, etc.), su situación (céntrica) y su fácil accesibilidad desde distintos puntos de la ciudad, podemos decir que, la calle Julián Ceballos (junto con otras como José María Pereda) es una de las arterias más importantes y a su vez más transitadas de la Torrelavega de ayer y de hoy.


Cabe en primer lugar situarla: dentro de Torrelavega (Cantabria), más concretamente, se desarrolla en un tramo desde el cruce de las calles José María Pereda con Joaquín Callón y José Posada Herrera, pasando por el ayuntamiento, hasta finalizar en el cruce de las calles La Llama con Pedro Lorenzo Molleda y la Av. Bilbao. (Como podemos ver en el mapa situado en la parte superior del documento)

Tiene como antes he mencionado una gran variedad de comercios, que hacen de esta, una calle de interés económico para la ciudad. Pero no es este el único factor que influye en la economía, ya que al estar tan bien situada (prácticamente en el centro), atrae la atención de ciudadanos interesados en una vivienda y actualmente podemos tasar los pisos en esta calle por una cantidad oscilante entre los 80.000€ y los 250.000€.

Nuestra ciudad ha dedicado esta calle a la memoria del militar del mismo nombre, que fue un gran impulsor del urbanismo local: Julián Ceballos Campuzano.

Nació en Torrelavega el 17 de Febrero de 1816. Siendo aún muy joven ingresó en la carrera militar, fue teniente coronel, y obtuvo condecoraciones como la Orden de Isabel La Católica, la Cruz Laureada de San Fernando o el título de Benemérito de la Patria por su participación y el valor demostrado en varias acciones de guerra. También fue el Primer Comandante de la Milicia Nacional del Batallón de Torrelavega. Su salud empeoraba tras cada campaña militar, por lo que finalmente optó por dejar esa vida con el grado de comandante. Desde aquel entonces, tomó como residencia fija Torrelavega, en una casa llamada “Los Arcos” (cerca de lo que actualmente se conoce como cuatro caminos).

Desde entonces, Julián tomó parte en la vida de la ciudad, con cargos públicos a nivel provincial como diputado y asumiendo por primera vez la alcaldía de la villa (ya que en esos tiempos no era todavía una ciudad) de Torrelavega desde 1861/64. Fue, además, consejero del ferrocarril de Isabel II, de Alar a Santander, mejorando esta importante infraestructura ferroviaria (1857) que enlaza Santander con la capital del país: Madrid.

Los que lo conocieron, lo describían como un hombre de personalidad sencilla y carácter muy modesto, pero a la vez una persona muy influyente, tanto por sus logros personales, como por sus relaciones con personajes relevantes (por ejemplo José Posada Herrera, quien además era pariente suyo). Fue uno de los mayores defensores de la causa localista. Usaba todo su poder y su influencia (posición y relaciones) para favorecer el progreso de su villa y de todos cuantos a él acudían en busca de ayuda, entregándose con pasión, vigor y amor.

Fue uno de los protectores de El Impulsor Municipal en su cuarta época (1875), quien alcanzó a partir de 1909 y hasta su desaparición en 1937, el título honorífico de decano de la prensa de Cantabria, aunque Julián apenas pudo contemplar unos cuatro o cinco números de esta publicación, ya que fue el primero de los protectores en fallecer. A su muerte, El Impulsor apareció con una portada llena de luto, tanto por la pérdida de uno de sus protectores, como por todos los méritos del fallecido.

Julián Ceballos falleció el 7 de Febrero de 1876 (9 días antes de cumplir 60 años), en Torrelavega, concretamente en su casa, situada donde posteriormente estuvo el Hotel Moderno. Su tumba se conserva en el cementerio de La Llama, propiedad del Ayuntamiento de Torrelavega.

Fue diecinueve días después de su fallecimiento, cuando el ayuntamiento decidió dar su nombre a una calle de la ciudad, en memoria de tan noble antepasado, por su trayectoria personal y pública y sus servicios a Torrelavega. Fue todo un privilegio ya que es el primer torrelaveguense al que se le dedicó una calle. El nombramiento de la calle tuvo lugar el día 26 de Febrero de 1876 y pese al paso de los años sigue conservando su nombre original. Durante dicho nombramiento se dijo: “En memoria del ilustre hijo de esta Villa cuya muerte se llora y en justo tributo de gratitud por los grandes y desinteresados servicios que prestó al pueblo que le vio nacer”.



Ángela Sobera
Estudiante de secundaria, Colegio La Paz, Torrelavega (Cantabria)


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